miércoles, 11 de marzo de 2015

Las mil y pico letras

LAS MIL Y PICO LETRAS. PARTE 4

La furgoneta se paró y la puerta que se encontraba a mi derecha se abrió y apareció un hombre de unos cuarenta años más o menos, que me ató de manos y me puso una venda en los ojos con el fin de no lograr localizar en donde me encontraba. Antes de que me pusiera tal venda, logré ver que nos encontrábamos en un gran bosque de pinares, cerca de la montaña.
Noté un tirón de mi brazo y comencé a andar a paso ligero con mi secuestrador unos pasos más atrás empujándome y vigilando que no escapara.

CONTINUARÁ...

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