Era una noche oscura y lluviosa en el otoñal barrio de Manhattan, cuando Linsey volvía del trabajo andando puesto que perdió el último autobús que llevaba a su casa dos manzanas más allá.
Estaba a un par de manzanas cuando de repente notó una extraña sensación, como si de una respiración en su nuca se tratase, presentía que alguien la estaba siguiendo y que por lo que creía llevaba haciéndolo un par de bares más atrás.
La verdad es que su madre la advirtió de los peligros de mudarse a la gran ciudad, pero ella era una chica valiente e hizo caso omiso a su madre. Puede, que si la hubiese hecho caso, nada de lo que ocurriría más tarde hubiese sucedido.
CONTINUARÁ...
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